Una necrópolis romana arroja más luz sobre el cortijo de Los Robles
Irene Bueno /JaénUna nueva necrópolis hallada en el límite entre el Bulevar y el polígono industrial de Los Olivares arroja más luz sobre el cortijo de Los Robles, la villa romana más importante que se ha estudiado en el entorno de Marroquíes. El equipo arqueológico trabaja, en estos momentos, en su documentación.
Bastante se conoce ya sobre el cortijo de Los Robles, un asentamiento que se estima perduró desde la época imperial romana (siglo I) hasta la tardo-romana e, incluso visigoda y que perdió toda funcionalidad con la conquista musulmana a partir del siglo VIII. Sin embargo, una nueva necrópolis que se ha hallado en el entorno de esta villa arrojará más luz sobre las costumbres de estos jiennenses. Un equipo arqueológico dirigido por Estela Pérez documenta los hallazgos y los pone en relación con lo que ya se conoce de la zona.
La necrópolis se ha descubierto en las prospecciones necesarias para la construcción de dos naves industriales. En concreto, sobre una parcela de 1.200 metros cuadrados de la que se trabaja en la mitad de ella. Estela Pérez destaca la alta densidad de enterramientos que hay en el terreno ya que sólo se ha excavado un 10 por ciento del subsuelo —el necesario para los muros y la cimentación de la nave— y se han contabilizado quince tumbas.
Explica que la tipología de las sepulturas no es homongénea. Así hay restos en doble fosa con una prefosa que hace de caja y una fosa interior excavada en la piedra con la forma humana y hay otros que se encuentran en enterramientos simples sellados con grandes piedras o no.
La mayoría de las sepulturas corresponden a adultos, aunque hay también tres de niños. Se da también el caso de que existen algunos enterramientos que están superpuestos. La arqueóloga detalla que se tiene conocimiento de hasta cinco necrópolis vinculadas al cortijo de Los Robles. Ello se debe al largo periodo de tiempo, entre cinco y seis siglos, que esta villa mantuvo su actividad eminentemente agrícola.
En concreto, el cortijo de Los Robles se encuentra bajo un montículo de tierra convertido en parque infantil al final del Bulevar. El cementerio que ahora se ha encontrado está un poco más abajo, en el límite de “Los Olivares”, y los enterramientos se encuentran paralelos a la villa. La experta explica que la manera de estos pobladores de preparar a los difuntos era similar a la actual ya que los esqueletos están bocaarriba, con las manos sobre el pecho.
Tienen los pies hacia el sureste y la cabeza orientada al noreste. Apunta, además, que algunas de las fosas fueron expoliadas en los siglos posteriores, probadamente para obtener las hebillas de los cinturones y los pendientes con los que se solía amortajar a los difuntos. Por los estudios que se han realizado del cortijo de Los Robles se conoce que era un punto de especial actividad. Contaba con seis piedras de molino en línea para molturar aceituna y silos de cereales. Los arqueólogos consideran que con el aceite que se producía se abastecía a una población mucho mayor que la de la zona.
Además, las parcelas estaban ricamente irrigadas por los arroyos que bajaban desde La Magdalena y que, en este punto, se bifurcaban. Por ello, se estima que, a lo largo de los siglos, fue numerosa la población que llegó a residir en las inmediaciones de la villa. Estela Pérez subrayó que debido a que no a aparecido ningún tipo de estructura, los restos se documentarán y se trasladarán al Museo Provincial.
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